Me encanta la gente que a pesar del paso de los años sigue creyendo en la magia.
Me gusta la gente que se deja llevar y deja que el destino le sorprenda. Así llegó nuestra protagonista a este grupo, por el azar.
Esta eterna “campanilla” es súper disciplinada, tiene una zancada cortita típica de los corredores de larga distancia, por eso cuando me planteó la idea de correr una media maratón no vi ningún inconveniente. Una persona constante y disciplinada siempre puede conseguir todo lo que se propone.
Esta mujer es una fantástica cocinera y todos sabéis que cuando alguien de mi grupo no hace los entrenamientos que le marco le penalizo con traerme un postre, pues aquí en este caso, no consigo que incumpla ningún entrenamiento y por lo tanto me quedo sin poder poner esa penalización que tanto estoy deseando (perdón, me he dejado llevar por el subconsciente).
Que siga contando ella mejor....
“CREO EN SUS MAJESTADES LOS REYES MAGOS
En enero de 2018, yo no había escrito la carta a los Reyes Magos.
Recuerdo que esas navidades estaba bastante tristona y nerviosa. Había dejado de hacer deporte. Antes iba algún día al gimnasio o salía media horita a correr, pero las preocupaciones por sacar una oposición y la tristeza por no pasar las tardes con mis hijos debido al trabajo me fueron convenciendo de que no tenía que perder el tiempo con el deporte. Estaba ya tan mal que incluso ya empecé a tener el mal familiar: hipertensión.
A menudo miro las redes sociales compulsivamente, y a veces no viene mal porque vi un sorteo en el Facebook de Vvrunners donde ofrecían dos meses de entrenamiento gratuito. El día de Reyes dirían las ganadoras del sorteo. Así que ese fue el regalo que me hicieron los Reyes Magos.
No conocía a nadie del grupo, pero me pareció una señal y comencé a entrenar.
Iba por las mañanas, y todas las chicas eran ya unas expertas del running. Las admiro a todas desde que las conocí. Me costaba bastante, no voy a negarlo, pero me resultaba gratificante y viendo lo bien que corrían las demás me animaba a seguir.
En ese Abril de 2018 hice mi primera carrera de 10k, la Rock and Roll Madrid. Los últimos kilómetros se me hicieron eternos…pero lo conseguí y me enganchó . Desde entonces estoy “in love” con Rock and Roll Madrid, por eso este año, 2019 mi primera media maratón fue esa, tenía que serlo.
El running me aporta mucho: salud física y mental. Me ayuda a concentrarme, a organizarme, a estar mejor conmigo misma y con los demás.
El grupo Vvrunners me ha hecho conocer a personas maravillosas, solidarias, alegres, constantes, humildes, trabajadoras, felices.
Aún no me creo que en este año haya hecho dos medias maratón.
Me resulta muy emocionante cruzar la meta, me encanta ir absorta en mis pensamientos cuando hago distancias largas ( pienso, medito, rezo, me concentro en mi cuerpo y mis sensaciones…)
Hoy mis Vvrunners me han hecho llorar desde primera hora de la mañana. Con sus ánimos y sus mensajes super emotivos para la Media Maratón de la Mujer en Madrid. Chicas, os quiero y os admiro.
Vanesa, eres una super entrenadora porque has conseguido que corra, que haga dos medias maratón, que mejore, que sueñe con correr más. Nunca jamás habría pensado que lo haría. Gracias por creer en mí más que yo misma.
De pequeña en el cole, nos obligaban a ir a unas olimpiadas que organizaban en la comarca de mi pueblo, La Siberia Extremeña, y lo pasaba fatal porque los niños se solían burlar bastante de mí porque era muy lenta, me decían que era un pato maneado…Pero hoy, a mis 37 años, aunque siga siendo lenta, me siento orgullosa porque practico deporte y la constancia y el esfuerzo tienen su recompensa, que para mí es estar en este grupo con gente maravillosa y liberarme de todo lo negativo cuando corro. Parece que de la misma manera que salen las toxinas con el sudor, se libera nuestra mente de todo lo malo cuando corremos.
Por todo eso: no dejéis de creer. Yo creo en SSMM LOS REYES MAGOS”.
Poquito a poco, con discreción y mucho tesón, Bea va cumpliendo objetivos; haciéndose fuerte y refugiándose en el deporte de los duros palos que en ocasiones se nos presentan en la vida. No nos podemos olvidar que la vida es una eterna carrera de obstáculos en la que crecemos a medida que los vamos sorteando, y que el deporte, en este caso el running puede ser nuestro mejor aliado para hacernos más fuertes.
Bea es claro ejemplo de ello y si nos seguís leyendo lo comprobaréis.
“Hace ya algún tiempo que quería contar mi experiencia con el mundo del running. Llevaba tiempo pensándolo, dándole vueltas. Ahora he encontrado el momento, tal vez la emoción de ver cumplido mi objetivo después de pasar un tiempo difícil en mi vida personal y ya con las emociones controladas, o por el sosiego que te da el tiempo cuando por fin te deja respirar un poco.
El running y este objetivo han sido mi terapia para sacar fuerza en este periodo tan difícil que he tenido que vivir.
Llevo años corriendo, solo interrumpido por el embarazo y post parto. En cuanto pude me volví a calzar las zapatillas después de los partos. Es verdad que este deporte engancha, una vez que lo pruebas ya tienes la necesidad de seguir corriendo.
Se empieza poco a poco, corriendo y andando hasta ir reduciendo los tramos caminando y así ir consiguiendo correr más rato; yo empecé un poco a mi bola pero sin mucha motivación, la verdad. No sabía muy bien cómo enfocar los entrenamientos y algunas veces se me hacía muy monótono salir yo sola.
Ayà por septiembre 2016, con la idea de empezar la temporada más en serio, de intentar mejorar, ser más constante, también para romper la monotonía descubrí a través de un amigo, que en Toledo había un grupo de running enfocado para chicas, chicas como cualquier mujer que quiere hacer deporte sin exigencias de marcas o puestos en carreras, ¡también hay chicos!, chicos que eclipsados por sus mujeres deciden unirse a nuestro grupo, a nuestro buen rollo. Yo, enseguida me dije: ¡Ese seguro que me encanta!
En cuanto pude llamé a Vanessa para que me contara un poco en que consistían los entrenamientos y nada más colgar el teléfono me puse las zapatillas y empecé con mucha ilusión, con muchas ganas de mejorar y conocer gente nueva, la verdad (todo hay que decirlo), es que el grupo no me defraudó, más bien todo lo contrario. A partir de ahí empecé más y más, el tiempo fue pasando y
después de hacer varias carreras de 10 km y alguna de 12, me planteé cambiar de objetivo en el verano pasado. Decidí hacer alguna carrera más larga, y, ¿por qué no una media maratón?
Sabía que los entrenamientos serían muy duros, pero luego darían sus frutos, lo había podido comprar durante todo el tiempo que llevaba en el grupo con mis compañeras, ellas cruzaban las metas felices y yo quería también experimentar esa sensación.
En enero de este año me propuse hacer alguna para esta primavera, aunque el objetivo no lo tenía claro... yo empecé con los entrenamientos y me encontraba muy bien hasta que sufrí un duro revés; la enfermedad y pérdida de mi madre. Fue muy duro, y demasiado rápido para poder asumir tanto dolor en tan poco tiempo, me viene un poco abajo pero enseguida me repuse, pues cumplir mi objetivo podía ser el mejor homenaje a mi madre y a la vez los entrenamientos una vía de escape a mi dolor. Quería más que nunca correr, ¿por qué no?, quería dedicárselo a ella, a mi madre, a esa mujer luchadora de la que he aprendido a ser todo lo que soy.
Entrené con muchas ganas e ilusión por conseguirlo, tuve un parón de dos semanas, pero en mi interior sabía que eso no me iba a frenar, tenía que intentarlo y quería con todas mis fuerzas conseguirlo. Corrí en el mes de marzo la media. “La media de La Vía Verde De Ojos Negros”, con la climatología totalmente adversa (nunca pensé que podría correr 21 km lloviendo todo el tiempo), pero mereció la pena sin duda alguna, ¡el objetivo estaba conseguido!!
¡¡¡Una ilusión increíble!!! No os podéis imaginar lo que esa meta significó para mí... además de una buena inyección de ànimo en esos duros momentos, y, ¿por qué no?, a pensar en la siguiente (ya os he dicho al principio que este deporte engancha, es aditivo Jjajaja)
¡Nunca digas no puedo! Ese es nuestro lema, así nos lo ha hecho entender Vanessa, así, con esa frase por bandera nos mentalizamos de que somos capaces de conseguir todo lo que nos proponemos.
No puedo dejar de pensar también en la ilusión y emoción que he sentido este fin de semana viendo a mis amigas conseguir también su objetivo en la rock roll. ¡He disfrutado como una enana! he sentido una alegría inmensa viendo con emoción como muchas “compis” corrían su primera media y ver cómo lo habían conseguido!!! En especial a Rebeca, mi compañera en esta aventura loca. El sábado pude compartir con ella una parte del recorrido y para mi fue muy especial porque ella ha sido en muchos momentos la que ha tirado de mí cuando mis fuerzas ya no podían más. Gracias amiga por no dejar que me rindiera.
Sois las mejores!!!
Os quiero
Antes de despedirme de vosotros y daros las gracias por leerme, también quería dar las gracias a Vanessa, sin sus entrenamientos y sus ánimos no hubiera sido posible, a mis compañeras de fatigas de las cinco y media de la tarde y los fines de semana ( Rebeca, Maríate, María, Gema...), por su apoyo y compañía en los entrenamientos, algunos bastante difíciles para mí por la situación que estaba viviendo, por su apoyo incondicional, por tenderme siempre la mano y ofrecerme un hombro para llorar, a todo el grupo que formamos la gran familia VVRUNNERS, sois estupendas!!! A seguir así.
Próximo objetivo, la nocturna de Valencia de 15 km, y alguna otra media, quizá el año próximo, aunque la media de “La Vía Verde De Ojos Negros” siempre será especial por ser la primera, por ser un homenaje a mi madre y por todo lo que ha supuesto para mí será inolvidable y también irrepetible.
Gracias por tanto, ¡OS QUIERO!”
“Mi relación con el running, había sido siempre a través de las vivencias, los logros, las medallas y copas de mi hija Iris. Mi hija practicó atletismo desde muy niña y durante 10 años, hasta que no pudo compatibilizarlo con sus estudios.
Comenzó a correr, a entrenar como una actividad extra escolar más y pronto se aficionó a este deporte y le dedicó gran parte de su tiempo libre y de sus esfuerzos e ilusiones.
Mi papel como madre era llevarla y traerla a los entrenamientos, sobrellevar las esperas en las pistas del parque de las Tres Culturas, vivir los nervios en las competiciones, restarle importancia a sus fracasos y compartir las alegrías por sus buenas clasificaciones y sus trofeos.
En muchas ocasiones mi hija me animaba a practicar este deporte y yo, que practicaba otro, me limitaba a decirle que mis tobillos eran muy débiles y no era el deporte adecuado para mí.
Fue hace tres años y medio cuando un compañero y amigo se “empeñó” en entrenarnos, con mucha paciencia, a una amiga y a mí. En el 2016 participamos en nuestra primera carrera de 5 km y ya eso nos supuso ¡un logro! vivido con mucha ilusión. Corrimos algunas más, ya de 8 y de 10 km hasta que nuestro amigo tuvo que dejarlo por problemas de salud. Después de unos meses y animada por mi amiga Gemma, me uní al grupo de “mujeres corredoras” Vvrunners. Lo hice un poco expectante y con la intención de “solo probar”; me daba la sensación de que el nivel de las Vvrunners era muy superior al mío. Resistí verme en inferioridad de condiciones con la esperanza de que, con constancia y sin saltarme “las clases de correr”, no muy tarde podría ser una más.
Como todo en la vida, haber llegado hasta aquí, a correr mi primera media maratón, ha supuesto esfuerzo, disciplina, perseverancia y fe en uno mismo. Pero además, en mi caso que los demás crean en ti, como lo ha hecho mi amiga Gemma.
Y ahora vienen los agradecimientos….
Gracias Vanesa por tu empuje, por la pasión que sientes por este deporte y que transmites, por tus “vigilancias” y tus gritos, que nos hacen estar alertas y no querer defraudarte. A base de empeño, tuyo, nuestro, vamos “creciendo” como corredoras a la vez que crecemos en confianza en nosotras mismas, que también ¡nos sirve para la vida!
Gracias a “mis compañeras de entreno” que me lo han hecho bastante llevadero, a pesar de las horas, de la digestión a medias, la siesta sin echar…. jejej
Gracias Angel Luis por ese empujoncito de los últimos 5 km, lleno de ánimos, de vengas y de risas. En las mejores condiciones que le puedes pedir a una carrera, de clima, de animación (23 grupos de música y batucadas) en una ciudad preciosa, Berlín, además aparecisteis los amigos y tú con tu alegría.
Gracias hija, por querer correr también tu primera media conmigo, venir sola desde Barcelona después de tu trabajo justo la noche antes de la carrera, adaptarte a mi ritmo, cuidarme en todo el recorrido y “entender” las lágrimas que se me escaparon en la meta.
Y GRACIAS en mayúsculas Gemma, porque desde el principio tuviste claro que yo podía hacer una media, porque has compartido conmigo la disciplina y a veces el sacrificio de los entrenamientos (también los de Sonseca sin trampas… jeje), por elegir el escenario idóneo, el mejor lugar para hacer una media llanita, Berlín, porque pudiendo llegar antes que yo, has preferido llegar juntas, con los brazos en alto y cogidas de la mano. Gracias Gemma por este subidón de autoestima y por hacer posible y compartir esta experiencia inolvidable.
¿Habrá más medias?? No lo sé seguro….pero ésta media, sí sé, es ÚNICA.”
🎁🎁🎁🎁🎁🎁
Y como no podía ser de otra forma, después de leer a esta súper mamá... yo que soy súper curiosa, no me he podido resistir a preguntar a Iris que se siente al correr junto a su madre una media maratón. He de reconocer que siento una envidia tremenda y ojalá en un futuro yo pueda vivir una experiencia así de bonita.
⤵️⤵️⤵️⤵️⤵️
Nuestra primera media
Hacía bastante tiempo que mi madre me había dicho que tenía ganas de dar un pasito más en esto del running. Después de haber hecho varias carreras de 5-10km le apetecía tener un nuevo reto: una media maratón. A mí la verdad no me llamaba mucho, tenía más ganas de hacer algo de carrera de montaña, pensaba que nos aburriríamos corriendo 21km en asfalto, o que no seríamos capaces de aguantar mentalmente. Pero qué le vamos a hacer, quien ha competido antes se pica con cualquier cosa, siente la adrenalina solo de pensarlo. Así que acepté y allá que fuimos.
El trabajo no me lo puso fácil entre guardias, cursos...y al final tuve que ir de manera express y comprando el dorsal a última hora, sin entrenar...a cualquiera que se lo contaba pensaba que era una locura pero a mí me hacía mucha ilusión correr la primera media de mi madre con ella, cuidarla, animarla...No sé si hubiese habido un sitio mejor para correr, Berlín siempre me trae muchos recuerdos, es una ciudad llana con calles preciosas y con un público espectacular, dispuesto a darlo todo animando un domingo por la mañana (a más de uno se le cayó su tópico de que los alemanes son unos sosos).
Tengo que decir que disfruté muchísimo la carrera, sentir de nuevo los nervios del día antes, no saber qué desayunar, estar pendiente de la salida, la meta...pero sobre todo poder ir con mi madre y el participar desde el compañerismo y no desde la competición, el poder darnos ánimos mutuos, el poder decirle aquí estoy para seguirte y el saber que incluso me daba igual entrar andando si era para que ella la acabase. Y la meta, entrar de la mano en meta y ver a mi madre llorar por algo que yo había llorado otras veces antes y decirle con la mirada: te entiendo, disfruta de tu momentazo.
No sé cuándo me propondré otro reto, esta vez le tocará a la montaña, pero seguro que entre medias hay lugar para muchas otras carreras y aventuras entre madre e hija. Y es que no todo el mundo puede disfrutar de compartir varias aficiones con su madre, hay que aprovecharlo!
¡¡¡Muchas gracias Iris!!!
Y VAN SIETE!!
Después de jurar en arameo que no volvería a correr esta carrera, tan solo hizo falta una oferta tentadora del dorsal a 10 euros y alguna caña para que mis compis me convencieran otra vez…
Casi sin pensarlo me vi obligada de nuevo a entrenar con 40 grados. Esta vez me ha tocado a mí “tirar del carro”. El calor y el desánimo se apropiaron de mis compis y a alguna casi la perdemos en el camino… ¿verdad Laura?.
Como siempre al final algunas bajas por las malditas lesiones, Palomita, Noe y Guada se quedaron fuera, y a pocos días de la carrera yo me sentía un poco desolada. Nuestra Mary con su cabeza en otra parte y desmotivada para la carrera, Inma asustada por no sentirse en la mejor forma, María, que es un alma libre, poco predecible… Así que yo me dije, pues nada, por sensaciones y que salga el sol por donde quiera.
Cuando ya estaba abandonada a mi suerte, me llamó la jefa para darme las instrucciones de la carrera y me dijo que me haría de liebre un amigo suyo llamado Juan. ¡Los pelos como escarpias!! Se ha vuelto loca, me dije! Yo que me había relajado hasta el punto de pensar hacerme selfies con la Cibeles…..
Minutos después me llamó Juan: “hola soy Juan, amigo de Vanesa, te voy a hacer de liebre mañana, me han dicho que os lleve a un ritmo de 5:00 -5:15”, a lo que yo le contesté: “No, no , no, bueno.. yo es que... mi rodilla… bla, bla, bla, (miedo y nervios es lo que tenía)”, Juan debió de percibir a una tía histérica tras el teléfono y me dijo: vale, vale, tu tranquila, ya lo iremos viendo.
Como podéis intuir no pegue ojo en toda la noche. A la mañana siguiente allí estaba, fácil de identificar, con su camiseta naranja de las VV Runners y su gorra roja, tal y como me había indicado.
Me camelé a María para que viniera con nosotros. Yo debía de tener cara de pánico cuando Esther, muy serena, me dijo: tranquila, vais a hacer muy buena carrera, ya verás como te vas a alegrar… sus palabras me tranquilizaron un poco.
Nos colocamos en el cajón, nervios, muchos nervios (aún no sé por qué me pongo tan nerviosa), pistoletazo de salida y ¡subidón de adrenalina!, Juan rápidamente nos clavó al ritmo previsto, María y yo nos buscábamos la mirada, un poco asustadas y con desconfianza sobre si seríamos capaces de aguantarle el ritmo. Se hizo el silencio, sólo hablaba Juan y yo de vez en cuando para decir: ¿no vamos muy rápido…? A lo que Juan contestaba todo el rato sin parar: “GENIAL chicas, vamos DE CINE!!”. Nos fuimos creciendo conforme avanzaba la carrera, a veces Juan nos decía: “vamos muy rápido chicas, pero si queréis corremos” y rápidamente nos echaba el freno. Así transcurrieron los kilómetros, Juan saludaba a todo el mundo, hablaba con las chicas de delante, con las chicas de detrás, con nosotras, nos llevaba el agua, los geles, nos animaba, nos contaba historietas y hasta nos explicaba las técnicas de carrera que aplicábamos en el momento. Nos hizo disfrutar y sentir que volábamos por las calles de Madrid, un verdadero privilegio correr con él durante 21,097 Km. Gracias Vane por compartir a tu “ángel” y por supuesto GRACIAS JUAN, MIL GRACIAS!!
La media maratón que no pudo ser.
Hoy día de resaca de mi media maratón que al final no pude correr, creo que mi cabeza ya ha procesado todo lo que me ha pasado hasta ahora, y mi corazón ya tiene fuerzas para poder hablar.
Yo con Vanesa llevo poco tiempo, me apunté cuando empezó el invierno por aquello de que da más pereza correr con frío y el día se hace noche a media tarde, así me forzaba un poquito más para seguir con algo que me gustaba hacer.
Lo que encontré con Vanesa no era lo que me esperaba, ni mucho menos, Vanesa ha hecho que disfrute mucho corriendo, ha hecho que conozca a gente maravillosa, mujeres como yo, con hijos o sin ellos, diferentes a mí pero todas iguales porque tenemos la misma pasión por correr, nuestro objetivo en común y nos une desde el primer minuto. Somos VVRUNNERS y lo decimos con mucho orgullo. Yo sólo pretendía no hacer pereza y obligarme a salir a correr dos días en semana.
Pero de ahí surgió la primera carrera, la segunda y pocas más… Todo iba fenomenal, me sentía súper fuerte y después de la de 10kms en Aranjuez, ¿por qué no una media? ¿Y si pruebo?
Vanesa me dio todo su apoyo y empezaron los entrenamientos en enero de este año. Han sido duros pero, cuando más duros, más gratificantes, no tenía ningún dolor, me sentía fenomenal, todo estaba saliendo a las mil maravillas.
Vanesa nos entrenaba y nos aconsejaba en todo, cuidaba todos los detalles por insignificantes que parecieran; cuidar la alimentación, en los entrenamientos, las zapatillas, y en mil cosas más… también en algo importante y necesario como la de cuidar nuestras piernas; para hacer una media es aconsejable, recomendable, más bien imprescindible ir a un fisio para descargar o simplemente para que haya un control y no tengamos sustos, disgustos innecesarios.
Pero yo estaba estupendamente!!!! Pensaba que no hacía falta un fisio, a mi no me dolía nada.. no tenía ningún dolor, ni siquiera ninguna pequeña molestia. ¿Para qué ir a un fisio?
Dos semanas antes de la que iba a ser mi primera media maratón, me empieza a doler la rodilla, el dolor era sólo al correr, pero desgraciadamente no me dejaba ni siquiera dar 5 pasos corriendo sin dolor, ahí empezó mi pesadilla.
Recuerdo el día que sentí la molestia por primera vez, enseguida me di cuenta que algo no iba bien.
¡¡¡Susto!!!
Vanesa me recomienda ir a un fisio urgentemente, voy a uno, voy a otro… la conclusión es que tengo el "síndrome del estrés rotulofemoral" una de las lesiones más comunes del corredor.
NO PUEDO HACER LA MEDIA a dos semanas de la carrera.
Todo mi esfuerzo y toda la ilusión truncados a dos semanas del que iba a ser mi gran día, a dos semanas de ver cumplido el sueño por el que llevaba tanto tiempo trabajando, compaginando mi trabajo, familia...
¡En fin! A pesar de no haber podido cruzar esa línea de meta, he aprendido muchas cosas positivas con todo esto.
Y sobre todo, lo que tengo claro con todo esto es que la próxima ya está cada día más cerca y ahí estaré de nuevo para hacer realidad lo que este domingo pasado tan señalado en mi calendario, me perdí.
¡¡¡LA MEDIA!!!
¿Qué es eso? Lo primero que pregunté cuando lo escuché y “eso no es para mÍ” lo primero que respondí cuando me dijeron lo que era.
La Media = 21 kms, ¡uff! eso es impensable, pues no te queda tiempo para intentar correr una (me dije), y de repente aquí estoy a falta de dos días para empezar mi aventura.
¡¡ Quién me lo iba a decir!! pues para empezar nuestra gran entrenadora Vanesa, a la que debo todo porque es la que confió en mí desde el primer momento, la que me animó a intentarlo, y la que me dijo (recuerdo sus palabras) “estoy esperando a qué me digas lo que quiero escuchar”, me miró y me dijo “confía en ti”, entonces contesté “voy a intentarlo”.
Empezamos los entrenamientos y como soy una persona bastante insegura, iba nerviosa a cada uno porque no sabía si podía aguantarlos y me tenía que retirar, pero como tengo mucha fuerza de voluntad, tesón y disciplina iba consiguiendo mis objetivos semanales, llegando a casa con una sonrisa de oreja a oreja. ¡¡ Qué buena recompensa!!.
Este camino que emprendí el 9 de enero de 2017, lo hice al lado de unas compañeras que fueron las que me dieron el último empujón para ir con ellas, y que han sido uno de los pilares más importantes día a día, sin ellas no estaría donde estoy.
¡¡Vaya momentos que hemos pasado!! El día que quedábamos en la Peraleda para hacer los 80 minutos, ¡qué incertidumbre!, o lloviendo había que hacer la tarea que teníamos sacando tiempo de donde no había, enfrentándonos al viento, sol, frío, calor… Ahí estábamos animándonos unas a otras, siempre juntas.
Y nuestras famosas “L”, que manía las cogimos y que mal lo pasábamos de pensar en todas las que teníamos que hacer, pero que bien nos han venido.
Os voy a decir una cosa, y es que ya no sois mis compañeras, sino mis amigas, las que me han levantado cuando he estado mal, las que me han animado a seguir cuando he querido tirar la toalla porque no podía más, las que me han dado su cariño, su ayuda y su sonrisa. A vosotras, con las que también he compartido los buenos momentos y alegrías que lleva este camino. GRACIAS.
En este camino que uno emprende tiene a gente alrededor que te ayuda de alguna manera y que se implica, como es la familia. Otro pilar importante a la que tengo que agradecer, su apoyo, confianza en mí, su tiempo y su ánimo diario. Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar a mis dos grandes soles, mis hijas, lo más grande que tengo y que han estado a pie de cañón día a día aguantando a que yo terminara de entrenar, haciéndose de noche y ellas metiéndose en el coche para resguardarse del frío que hacía muchos días y haciendo la tarea porque llegábamos tarde a casa. Las que siempre me han dicho “mamá tú puedes “, dándome un abrazo, un beso y su súper sonrisa. Nunca han dudado de mí. OS QUIERO.
Ya no queda nada para el pistoletazo de salida, y con una pequeña lesión en mi pachucha rodilla, quiero deciros que tengo muchos nervios e incertidumbre porque no sé si va aguantar (la rodilla), si yo voy a aguantar, pero con ganas de que llegue.
No sé si lo conseguiré, ya os lo contaré, pero solamente por todo lo que me ha dado y aportado este “camino hacia la media”, merece la pena. ¡¡Os animo a todas a intentarlo !!.
Yo confiaré en mí, tal y como siempre me ha dicho VANESA.
GRACIAS A TODOS LOS QUE HAN ESTADO A MI LADO EN ESTE BONITO CAMINO
Decidí emprender este reto, no para demostrar nada a nadie sino para demostrarme a mí misma que si quiero puedo. Después de varios años revueltos, necesitaba volver a recuperar un poco más la confianza en mí misma y pensé que preparar una media maratón podría ayudarme. Aunque para mí no es un reto físico, está claro que el esfuerzo es importante, pero cuando uno confía y trabaja duro todo es posible… o al menos eso es lo que necesitaba demostrarme.
A cuatro días de la carrera sigo sin tener ningún objetivo de tiempo, mi único objetivo es terminarla con buenas sensaciones y habiendo disfrutado de cada kilómetro. Dentro de unos años no me acordaré si fui la 7000 o la 9000 en la clasificación, solo recordaré si crucé la meta con la sensación de haber disfrutado.
Ese ha sido mi planteamiento desde el primer día de entrenamiento después de las Navidades, disfrutar de cada momento. Ha habido días y semanas de entrenamientos duros, pero he disfrutado de cada uno de ellos. Cada semana los entrenamientos han ido subiendo de intensidad y cada semana me la he planteado como un pequeño reto que me iba a llevar a mi meta final. Cuando cada día terminaba el entreno marcado, la sensación de haber superado ese pequeño reto ha ido haciendo que la confianza fuese subiendo. Terminaba con la satisfacción de haberlo conseguido y eso hacía que mi motivación creciese.
He seguido cada semana los entrenamientos al pie de la letra, no solo el entreno físico, sino también la parte de cuidar la alimentación, ir al fisio. Todo esto me ayudó a no tener ninguna molestia durante estas semanas, y esto unido a ir superando los entrenos ha hecho que la confianza y la motivación se mantuviese alta.
Además tener la suerte de compartir todas estas nuevas sensaciones con amigas hace que todo sea mucho más fácil. Hay que dedicar bastante tiempo a los entrenos, pero hacerlo en compañía, compartir sensaciones, confidencias, risas, dudas… ir tirando unas de otras. Esto es lo más bonito que me llevo de esta experiencia.
A 4 días de la carrera tengo una montaña rusa de emociones. Tengo muchas ganas pero a la vez he disfrutado tanto de los entrenos que me da pena que se acabe; tengo mucha ilusión y a la vez mucho respeto y un poquito de miedo o la típica duda de primeriza “¿seré capaz? ¿aguantaré?”… Sé que voy muy bien entrenada, pero supongo que esas mariposas en el estómago son normales.
En 4 días estaremos en la línea de salida, con el objetivo inicial de demostrarme a mí misma que si quiero puedo ya cumplido pase lo que pase en la carrera… El domingo ya solo queda disfrutar de cada zancada por las calles de Madrid!!!
¡¡¡Mucha suerte Amelia!!!
Otra vez Inma y yo, corriendo bajo la lluvia por Madrid, es un sueño o está pasando? Se repite la historia, pero esta vez, algo ha cambiado……
5:50 h de la mañana, suena el despertador, que sueño por favor, pensaba que no iba a dormir pero parece que me he quedado frita. Tardo un segundo en pensar lo que me espera y ya aparece el nudo en el estómago. Lo primero es ir a la cocina a por el Totum y comer algo, sin hambre, pero la manzana y el pavo me sientan bien. Me visto en el salón sin hacer ruido y me dispongo a salir por la puerta. Es de noche, muy de noche, hace aire, joder, ¡aire no por favor!. Nada más llegar al aparcamiento empiezan las primeras risas y bromas de las compis, cualquier cosa nos hace reír de los puros nervios que tenemos.
El viaje tranquilo, despacito con calor en las piernas porque ya vamos de corto y fuera hace frio. Voy con Alicia, Noe y Laura al volante, hablamos de todo un poco, hacemos las primeras fotos. Llegamos a Madrid. Zona del matadero, la meta. Empezamos a vestirnos para la batalla: Ipod, gorra o gafas, no sabemos bien que hacer, dorsal, chubasquero, dinero, geles, clínex.. decidimos coger un taxi hasta la salida, llegamos en seguida, que rápido se hace en coche coño.. Al lado del arco de salida están las demás, con los chubasqueros puestos porque empieza a llover. Vamos al baño, algunas se van a por un café, es de noche todavía, no se ve mucha gente, “vamos a ser cuatro”, pensamos… Cuando estamos todas y a veinte minutos de carrera comenzamos a calentar, nos acordamos de los ejercicios del tío Julio para el flato y con risas los vamos haciendo todos. Quedan menos de diez minutos, entramos en los cajones y aunque estamos en distintos, conseguimos unirnos para salir juntas. Última canción antes de salida, “Highway to hell”, como no, saltamos, aplaudimos y suena el disparo. Ya no hay vuelta a tras, resoplo, intento no pensar en lo malo y empezamos a subir el Paseo del Prado.
En seguida se forman dos grupos: Noe, Laura y Alicia, más atrás Guada, Inma, Maria S., Esther y yo. Poco a poco esos grupos se irán dividiendo y correremos como habíamos pensado.
Señalizan el primer km, ¿por qué? Me sienta mal, no soporto ver ese UNO tan pronto, no quiero ver señales de kms hasta el 6 por lo menos. Primer bajón, me quiero ir…. Pienso: pero qué he hecho, quien me manda, joder… Puedo con mi cabeza y me animo, veo que el ritmo no es ni por asomo a 6min/km como habíamos pensado, vamos más rápido, aun así callamos y seguimos adelante.
Coincidimos con el globo de las 2 horas que es un señor muy simpático que lleva música a toda leche y nos da muchos ánimos, nos pegamos a él para subir a su ritmo, la bajada ya veremos. Ya veo las torres KIO, tras la niebla, está lloviendo pero ligeramente y el aire todavía no molesta. Por fin el túnel donde daremos la vuelta y empezaremos a bajar, nos cruzamos con las chicas que ya vuelven, primero Noe feliz, nos saluda efusivamente, luego Laura también contenta que va con Alicia un poco más seria. María también aparece antes de dar la vuelta y yo pienso, ahora nos toca a nosotras, cambio de sentido y bajada, por fin, se acabó lo que para mi pensaba ser lo más duro.
Bajamos muy ligeras, a veces frenamos por miedo a desfondarnos tan pronto, Guada nos empuja, no quiere bajar de ritmo confía mucho en nosotras y sabe que podríamos, pero también entiende nuestro miedo. Tenemos que tomar el primer gel, después de la vuelta al Bernabéu nos dan agua y aprovecharemos para hacerlo, me sienta bien y no pierdo mucho tiempo, Inma sin embargo casi se ahoga con el maldito gel, le dio tos y tuvo que beber mucha agua para tragarlo. Una vez pasado ese rato volvemos a apretar y, al fondo, después de Colón, por fin veo La Cibeles, no os podéis hacer idea de lo que sentí en ese momento, qué felicidad, aunque nos quedaba mucho, muchísimo, ese punto fue feliz para mi, quizá por el gel o por el subidón pero la parte de Alcalá, Cibeles, Gran Vía y Preciados fue pletórica para mí. Solo tuve un enemigo en ese momento que fue el diluvio. Qué manera de llover, me trajo recuerdos de la carrera de la Mujer en primavera, otra vez eso noooo por favor. Nos chorreaba todo, gorra, camiseta mojada pegada al cuerpo con el dorsal rompiéndose por momentos, pantalones y bragas empapadas y las zapatillas, como no, encharcadas. La subida a Gran Vía fue un circuito de cómo esquivar riadas y charcos. Por fin dejamos de subir y torcimos en Callao para coger Preciados, y cuál fue nuestra sorpresa cuando debajo de los soportales de El Corte Ingles estaban Julio Rey y su hija Julia animándonos, que emoción, como nos gustó ese momento, ver a gente conocida animándote es realmente alentador. Julio nos gritó que Vanesa iba por delante, supusimos que estaría con Guada que se había escapado a la altura de Alcalá.
La esperábamos en cualquier momento, por un lado con ganas de verla para que nos diera ánimos, pero por otro con miedo porque sabíamos que nos pediría dar más, apretar un poco más la tuerca como dice, y estábamos muy cansadas ya. Llegamos al Palacio Real, y al igual que os he dicho que Cibeles fue lo más, esta vez el Palacio, no se por qué, me mató. No me gustó nada, había un voluntario de la carrera que nos decía al pasar por delante de la puerta de Palacio que solo nos quedaban 5 km, que ya estaba hecha. Entiendo su buena fe en esas palabras pero yo le odié a muerte. Cinco km todavía era mucho para mí, la nube negra se estaba posando sobre mi cabeza y empezaba mi calvario. El desconocimiento de esa parte del recorrido tampoco me ayudó, no conocía las calles y no sabía cuántas avenidas nos faltaban y dónde coño estaba el MATADERO dichoso. Tocaba tomar el último Gel, el del sprint final, en el km 18 pero se nos alargó la toma al no haber agua hasta casi el 19, para mí no me hizo efecto, creo que debí haberlo tomarlo en el 17 o así, porque no noté nada, quizá fue mi cabeza o quizá sí que me hizo efecto y por eso no paré hasta el final, porque os soy sincera, el ultimo km me quise parar y entrar a trote, despacito, no quería correr maaaaaassssss¡¡¡.
Vanesa apareció en el 19, feliz, nos dijo que íbamos muy bien, que estaba orgullosa, que lo estábamos haciendo mucho mejor de lo que ella había pensado… intentó, como no, empujarnos un poquito, apretar algo, pero no insistió mucho, sabía que ya había poco que dar, que nos habíamos portado bien, sentimos ese orgullo y esa complicidad y nos ayudó más que nunca.
Cada vez había más público, creo que esto se acaba. Nos aplauden, veo a la derecha la entrada al matadero, está a la vuelta cuando hagamos la rotonda que hay al final de la calle, que por supuesto parece que no llega nunca. Vanesa nos deja porque va a saludar a alguien conocido y le digo a Inma que tire, que voy detrás, que llegaremos casi juntas, y así es. Los últimos 200m de los 21km 95m que mide una media maratón fueron abruptos, con un adoquinado que podía escurrir y con hojas por el suelo pero ya daba igual. Sé como llegué porque hay un video que lo hace constar, pero lo único que recuerdo es a Inma mirándome al otro lado de la línea y aplaudiéndome, un gran abrazo, gritos, lágrimas, temblores, dolores….. y ORGULLO.
Nos pusieron la medalla, cogí naranja que me supo a gloria, agua, bolsa porque tiritaba del frío y de emoción y deprisa a ver a las chicas. Nos besamos, nos abrazamos, no parábamos de hablar sobre la carrera, nos reímos, mucho, como siempre, unas fotos y a celebrarlo. Quedaban fuerzas para chocolate, cafés, tostadas, cañas, cañas, más cañas, picoteo….. y no parar de hablar y de sentirnos orgullosas. Todas muy contentas, todas satisfechas, lo hicimos, y lo vivido no lo olvidaremos nunca. Qué buena decisión la de principios de verano, a pesar de todo.
EL PEQUEÑO GRAN GRUPITO DE LA MEDIA
María Sánchez Moreno
A la Media Maratón de la Mujer en Madrid nos apuntamos un grupo de trece mujeres, en estos momentos, después de alguna baja inesperada, seguimos en la brecha diez. ¡Quién nos lo iba a decir!. Nos complementamos tan bien, nos reímos tanto y cuidamos las unas de las otras, que esto parece un campamento de esos que te unen de una manera especial y que siempre recuerdas con una sonrisa.
Esta vez os quiero hablar de ELLAS, de mis amigas/compañeras a las que me he unido en esta aventura y sin las que esto no hubiera sido posible,…
Alicia, mi onubense favorita, esta será su cuarta Media, qué fortaleza, no le para nada, ni la rodilla, ni complicaciones familiares que a veces surgen y nos trastocan la vida. Es una luchadora, fuerte de mente, parece seria pero tiene un humor inteligente que nos hace reír siempre en el momento oportuno, con la chispa justa de ironía y humor negro que tanto me gusta. Generosa y compañera. No es su mejor momento pero sigue ilusionada como si fuera su primera media, estoy segura de que esta vez los entrenos son más llevaderos con nosotras al lado. Solo de imaginar que en sus anteriores carreras se ha preparado sola, sabiendo ahora lo que supone entrenar a estos niveles, y que además ha conseguido los objetivos marcados, me es suficiente para declararle mi más sentida admiración y respeto máximo.Aunque el día 23 la veré poco más que en la salida, firmo desde hoy que va hacer un carrerón y va a conseguir mejores resultados de los que imagina. Por cierto Ali, tenemos que participar en alguna carrerita por Huelva, bajaríamos las dos encantadas y no nos faltarían animadores. ¡Queda pendiente!
Belén es nuestra mami, siempre pendiente de nuestras locuras, sincera al máximo, dispuesta a hacernos ver la realidad y bajarnos los pies al suelo. Personalmente necesito caracteres así en mi vida y mucho más en situaciones que merecen más respeto y cuidado del que yo soy capaz de ofrecer. Belén no es que haya participado en alguna carrera, es que ya lleva dos maratones, imposible de imaginar para mí. Vaya cabeza, qué concentración, qué resistencia, qué temple. Cuando la ves correr parece que no sufre, su ritmo siempre constante te trasmite tranquilidad, confianza, aguante. Por favor, que nos diga en qué piensa cuando es capaz de concentrarse más de cuatro horas y no desfallecer ni un momento. Qué disciplina más envidiable. Cómo me gusta correr con ella.
Esther, otra máquina de paciencia y resistencia. Creo que ella ha participado en tres maratones o no sé si en alguna más. Qué divertida es, parece miedosa pero puede con todo. Propensa a depresiones postvacacionales (¿y quién no?), paciente, generosa, amable, cariñosa… Es tan divertido escucharla, sus anécdotas, sus despistes, es un no parar de reír con ella. La hemos perdido de vista este verano, pero ya ha vuelto y estamos encantadas de tenerla cerca. Personalmente me trasmite mucha tranquilidad, sosiego, aplomo, me encanta. Me la imagino el día 23, con los nervios a flor de piel y haciéndonos reír con alguna historieta que le haya pasado en el metro, o en la noche anterior… cualquier cosa es posible con Esther.
Guada, qué descubrimiento. Estamos en la misma onda: antes muertas que sencillas, jajaja… Es sensata, atrevida, moderna, una compañera que sabes que no te va a fallar y de la que vas a aprender mucho. Menudo físico envidiable, qué zancadas con esas piernas infinitas. Nunca la he visto cansada, parece que los kilómetros no le afectan. La veo participando en un maratón más pronto que tarde. Aunque no la conozco mucho, me parece que la vida con ella es fácil. Proyecta ganas de vivir y positividad, me gusta correr con ella, me da seguridad. Es un encanto. Tranquila Guada que tengo preparado el pintalabios “rojo pasión” para cruzar la meta más bellas que nunca.
Inmaculada, mi gemela en esta aventura. Me identifico con ella. Comenzamos en esto con el mismo miedo, a veces con intriga de saber si seremos capaces de lograrlo y otras, las menos, con arrepentimiento de habernos liado la manta a la cabeza. Siempre me ha llamado la atención lo poco segura que la he visto desde que la conocí en esto del running. Es disciplinada al máximo, el año pasado corría todo lo que nos mandaban y más, súper preparada pero sin confianza en ella, no sobresalía en el grupo porque no quería, sin duda, lo ha demostrado ahora. Mil veces más preparada que yo y sin atreverse a hacer locuras de vez en cuando (la nocturna, la del corpus…), de las que estoy segura que sus resultados habrían sido buenos, muy buenos. Cuál fue mi sorpresa cuando en la carrera de la mujer, lloviendo a cántaros, me acababa de separar del grupo con pensamiento de alcanzar a mi Inesita, y justo apareció Inma a mi lado. Mano a mano nos miramos y, sin hablar, dijimos “venga p’alante hasta el final”. Qué subidón correr con ella, cómo apretábamos poco a poco, qué gustazo la lluvia en nuestras caras. A partir de ahí supe que Inma ya no escondía más la cabeza. Tuve claro que se apuntaría a la Media, solo tuvimos que animarla un poco. A estas alturas debo decir que, a pesar de mi confianza plena en ella, me ha sorprendido la progresión que está teniendo, lo concienciada que la veo y la seguridad que trasmite. No sé por qué pero, como si de una hija se tratase, me siento orgullosa de ella. Deseo de corazón que haga un carrerón y termine más que satisfecha. Mi intención es seguirla, correr con ella, ojalá entremos a meta de la mano.
Laura, nuestra Laurita, me alucina toda ella. Qué buena cabeza, qué optimista es. Siempre de buen humor y dispuesta a todo. Viajera empedernida y buena de corazón. Corre deprisa, mucho, su técnica tan especial la hace única, la identificamos rápido entre la multitud. Lo mismo está en Cuba que en Canarias saltando con la camiseta de Lagarto, o corriendo en Viena la carrera de la mujer que tanto le gusta. En verano se la vio poco, decía que venía cansada, sólo la vi desmotivada un día en el parque, pero eso ya está olvidado. Ahora ha vuelto en alma y cuerpo, vuelve a fundirnos en las series y en los rodajes largos. Dicen que el músculo tiene memoria, doy de fe de ello, los músculos de Laura deben ser ¡de matrícula de honor!. Tengo pendiente un viajecito con ella para correr en algún destino nuevo para mi, junto a ella y todas las que se apunten, nos esperan grandes aventuras juntas, estoy segura.
María, la friolera del grupo. Igual aparece que desaparece, lo mismo la ves corriendo en el grupo como ella sola dando vueltas al parque. Se entrenó solita la Media de abril y la terminó contenta y con la sonrisa en la cara. Ahora, como no, tampoco tuvo dudas en participar en la de la Mujer, y con pensamientos de hacer su primera maratón el año que viene. Segura estoy de que lo conseguirá y la volveremos a ver entrar en meta con su gorra, su cara roja y su camiseta interior, jaja… Es muy buena gente, discreta, sincera y divertida. Ojalá tenga más tiempo libre y pueda bajar a entrenar porque la echamos de menos.
Noelia, qué os voy a contar de Noe que no sepamos ya. Lo sabemos todo de ella, le encanta contarnos sus experiencias en el running, lo vive, lo disfruta, se nota que le aporta felicidad a su vida. Qué memoria más prodigiosa para datos, distancias, kilómetros, ritmos….¡ si tienes dudas de algo, Noe lo sabe seguro! Es generosa, no duda en participar en algo que le pidas, el año pasado faltó a sus clases para acompañarme a hacer unos kilómetros en la maratón solidaria que organiza el cole de mi hija, un detalle que le agradeceré siempre. Está tan en forma que el cuerpo le pide marcha. Le gusta mejorar, ganar, cumplir objetivos, ¿y por que no? Me gusta que se implique tanto. A su manera, disfruta corriendo que es de lo que se trata. La vemos poco, es con la que menos me he preparado esta Media, pero los pocos ratos son buenos, siempre aporta y la gracia de intentar seguirla siempre está ahí.
Paloma, qué buena gente. Sin parar de hacer cosas, viajar, cuidar de sus hijas, trabajar, celebrar cumpleaños…. Siempre tiene algo, “no le da la vida”, como dice ella. Sin pereza para coger el coche y venir a un rodaje un domingo a las 8, después de una noche de sábado movidita. Es muy ligera corriendo, es de esas chicas que nunca la ves cansada, no desfallece en ningún momento, terminamos de correr y da la sensación de que podría seguir entrenando lo mismo que hemos hecho o más. Ahora la tenemos lesionada aunque ya vuelve a calzarse las zapas, y en unos días estoy segura que tirará de nosotras. Le gusta participar en todo lo que se propone, es alegre, proyecta ilusión y buen rollo, parece que nunca se va a enfadar, fácil de trato y muy generosa. Solidaria con las compañeras y cumplidora. Un gustazo poder seguirla. Un gustazo conocerla.
Conchi nos alucina toda ella. Se hace unas carreras impresionantes, con perros, sin perros. Igual participa en un 10.000 como en un trail de Gredos. El primer día que la vi se enganchó dos de sus perros a la cintura y entrenó con ellos. Me llamó mucho la atención y hasta el día de hoy no ha dejado de sorprenderme. Ha estado malita, dice que se pone mala cuando deja de trabajar, qué cosas ¿verdad?, y cuando está así, con las defensas bajas, cree que no va a poder correr la media, pero unos días después vuelve a ser ella misma, y lo conseguirá porque es tremenda. Una amante de los animales y muy buena persona. Su profesión es ayudar a la gente, curarles, y eso se le nota en el carácter. Incansable, hiperactiva y muy solidaria. Tengo ganas de conocerla un poco más, este invierno pasaremos más tiempo juntas. Vamos Conchi, ánimo y a por la Media, aunque sea algún tramo lo pasaremos bien.
Como podréis deducir, entrenar una carrera tan dura como ésta, es siempre mucho más fácil rodeada de estas figuras. De todas aprendo, a todas necesito. Sin ellas esto no habría salido bien, y quizá hubiera sido imposible para mi. La llegada a meta será, como mucho, acompañada de una o dos, pero en mi mente estaremos todas cruzándola juntas. Y por supuesto el abrazo final que nos espera, al otro lado de la línea, sí que será real y físico.
El resto de mis compañeras de VVRunners son igual de especiales, diferentes, divertidas, buenas, sanas…. Formamos un grupo maravilloso donde nos une la pasión de correr para sentirnos vivas. Nos esperan muchos momentos juntas donde compartir ilusión, nervios, risas y experiencias de todo tipo. Seguiremos adelante cumpliendo nuestros sueños, en compañía siempre.
Gracias a todas por todo.
——-
Y gracias a ti, Mery. Seguro que queréis saber cómo es la chica que ha escrito estas cosas tan maravillosas de nosotras. Es otra valiente que desde el mismo día que se inscribió a la carrera se metió de lleno en los entrenamientos. En plenas vacaciones y allá donde estuviera, no dejó de madrugar para correr y estar de vuelta en casa cuando los demás se levantaran. Y no ha perdido el tiempo porque además de correr, con cada zancada ha aprendido un poco de cada una de nosotras y ha descubierto mucho de sí misma. Animosa, alegre, bailona, no te puedes resistir a su encanto. Dice que tiene mala cabeza, yo creo que ya no, que su cabeza es muy buena y ahora, además, le van a acompañar las piernas allá donde quiera y cómo quiera ir. Para empezar, a la meta de la Media.
Tan solo 6 días nos separan de nuestra gran cita!! 6 días difíciles, llenos de nervios y dudas. ¡Me empieza a doler todo! Vanesa dice que es normal, nuestra cabeza sabe que le vamos a meter una paliza y el cuerpo se defiende como puede: mandándonos dolores varios…
¿Qué me pongo? Mi cabeza responde: la camiseta morada y automáticamente mi cabeza dice: ¿Y si tengo frio? Me respondo, pues la camiseta de manga larga y mi cabeza vuelve a preguntar ¿y si tengo calor? ¿Qué haaaagooo?, miro el pronóstico del tiempo y ¡MAZAZO!! nos da ¡!LLUVIA!! ¡OSTRAS!! ¡Con esto no habíamos contado…no sé si voy a ser capaz de correr 21 Km con lluvia! La semana promete ser difícil, mis hijas cargadas de exámenes y yo hasta arriba de trabajo…. me apetece esconderme debajo de la cama y dejar que pasen los días.
Miro el Whatsapp y aparecen las recomendaciones de Vanesa, hay que centrarse en una dieta sana llena de hidratos de carbono. ¡Pongo rumbo al supermercado y cojo tres paquetes de espaguetis integrales, un saco de patatas y dos paquetes de arroz integral, por si acaso! Varias botellas de Aqurius de limón y muchos plátanos. En mi casa prefieren no preguntar cuando me ven aparecer con la compra. Intento hacer repaso mental de todo lo que nos ha dicho, ¿qué me falta? ¡Ah sí!! Los geles, el totum, el agua, el fortasec….¿algo más? pregunta alguna… y otra contesta: !!!el ibuprofeno!!!, ¿cóoooomooo? ¡Estoy a punto de ponerme a chillar BASTA!! ¡Esto es una locura!! ¡Me siento atrapada por un ataque de pánico!!
Parece mentira pero ya estamos en la recta final de esta aventura, las semanas van pasando. Día a día van trascurriendo los entrenamientos, atrás van quedando el miedo y el dolor, yo me voy sintiendo cada vez más fuerte y la ilusión que desprenden mis “compis runners” me hacen continuar cada día.
Los entrenos son cada vez más largos, los kilómetros y el cansancio se acumulan en nuestras piernas….¿qué?, ¿Qué por qué seguimos?...es una pregunta que me hace mucha gente y … la verdad… cuando me lo preguntan no sé qué contestar… pero se me dibuja una sonrisa en la cara que hace que me encoja de hombros y se me ilumine la mirada…
Se trata de una experiencia llena de sentimientos contradictorios, largos entrenamientos, algunos con sufrimiento y esfuerzo, enormes madrugones los fines de semana para ganarle horas al día, pero son entrenamientos que generan grandes dosis de satisfacción y de complicidad entre nosotras. Son momentos mágicos, el antes con sus nervios, el durante con el sufrimiento y el después con la satisfacción de los deberes hechos.
Nuestros ritmos han sido lentos, bien por el calor que no nos ha dado tregua, bien por las lesiones que nos tienen acobardadas. Pero el entrenamiento está hecho, física y mentalmente estamos preparadas, somos más fuertes y el día 23 de octubre demostraremos que ¡SI SE QUIERE, SE PUEDE!!!
“Parece que veo luz…”
Llega Agosto, temidos para unos pero deseado para otros, como yo¡¡ Me voy al Norte a mi Santander querido, sé que allí los entrenamientos no tendrán nada que ver con las tardes en Toledo, y efectivamente, como siempre, esa tierra no me decepciona.
Que amaneceres tan fresquitos, que paisajes, que playa tan llana para correr, allí entreno 5 días en semana, como seis, como los que haga falta. Solo una pega, la soledad. Salir a correr sola, desde que empecé con las VVRunners, cada vez me cuesta más. Las echo de menos, necesito oírlas, reírme con sus anécdotas, contarnos nuestras cosas,intentar alcanzarlas, o a veces, las menos, tirar de ellas.Pero en fin, la música y esas vistas tan acogedoras me sirviran de compañía esta vez.
Cada día que salgo cumplo fielmente con la tarea y pienso: que bien, ya verás cuando se lo cuente a Vanessa no se lo va a creer, no me lo creo ni yo. Que en plenas vacaciones sea un placer levantarme a las 8 de la mañana para calzarme las zapas y salir a correr. Hace unos años te diría que ni loca, pero ahora llego tan contenta a casa, renuevo las pilas para el día que me espera de no parar con la peque, con Andrés, con mi otro Andrés, amigos… y me encuentro tan en forma que se me nota en el carácter, cosa que todos lo agradecen a la par que me admiran por realizar ese esfuerzo que para ellos supone un sacrificio enorme, pero para mí supone mi dosis diaria y necesaria de energía y satisfacción.
La vuelta a Toledo va a ser dura, sigue haciendo mucho calor. Bajo a entrenar dos días en semana, al parque, con mis chicas, que alegría verlas, todavía somos pocas, pero ya irán viniendo. El calor lo noto pero parece que se aguanta bien, corre un ligero aire por la zona de los árboles y no se está tan mal.
Mi sorpresa llegó ayer, domingo 21, he quedado para rodar en la senda con Paloma y Alicia. Voy con un miedo atroz ¡¡¡ no podré seguirlas, son tan ligeras… Alicia acaba de llegar de su tierra, contenta pero con añoranza, como no, tratándose de Huelva. Dice que no va a correr mucho, tiene la rodilla en periodo de prueba y va a empezar poco a poco. Esto me tranquiliza y pienso, si me veo mal, me vuelvo con ella que solo va a rodar 30 minutos. Paloma viene con otras intenciones, “Venga mary haber si podernos hacer los 90´…” madre mia… No voy a poder, pero es ahora o nunca, siempre que salgo sola en los rodajes, mi cabeza me juega malas pasadas y me cuesta mucho hacer largas distancias sin desmotivarme.
Salimos bien, este ritmo lo aguanto, pero las conozco y séque van a ir apretando cada vez más. Como vamos hablando y contándonos las vacaciones en seguida me veo en los treinta primeros minutos y como si nada. Alicia se despide y da media vuelta, contenta porque no siente molestias; nosotras seguimos un poco más. En el minuto 38 le digo a paloma: “llegamos al 40 y volvemos vale?”… me mira y dice “Venga Mary vamos a intentar hacer los 90´, si vamos genial, a los 45 nos volvemos”…… “vaaaleeee” contesto, (soy tan fácil de convencer…ggg). Y cuanto me alegro de haberle hecho caso. La vuelta fue ligerita, por lo menos para mi, pero el cuerpo me respondía bien. Me puse música y se acabó la conversación, pobre Paloma, creo que se aburrió un poco, pero yo necesitaba mi chute de canciones moviditas para llevarlo mejor. Poco a poco llegábamos al final, me parecía mentira. Intentaba no pensar en lo que quedaba y me dio por imaginar cómo sería la media, la llegada, se me ponían los pelos de punta, también pensé en los atletas que he visto estos días en la tele en las Olimpiadas de Rio, eso sí que es esfuerzo y sacrificio, y que contentos terminan… otra vez, pelos de punta… Luego llegaba el momento de pensar en mi niña, como pasaríamos el dia juntas, como sería su inicio de curso, un tema, otro tema… en fin, que de repente ya se veía el Puente de Alcántara al fondo, y como no, tomó protagonismo mi mala cabeza, esa parte oscura que me vence y me cansa el cuerpo y el ánimo, y en el último kilómetro, o menos, bajé el ritmo, le dije a Paloma que siguiera ella que yo ya llegaría, hice lo posible por no parar, ya no quedaba nada, y sin dejar de correr, por fin: llegué. No fueron 90, hice unos 88´o así, pero tan contenta, casi 15 km¡¡.
Es cierto que en ese momento sentí que sería imposible correr más de esa distancia, “no voy a poder, este es mi límite”…. Pero luego, en frio, pensé en los dos meses que me quedan por delante para entrenar y mejorar la resistencia, y así, conseguir los últimos 5 km que me faltan para completar la distancia. Como veis me consuelo rápido, no sé si llamarlo consuelo o engaño, pero por ahora me sirve.
Será posible? Me pregunto muchas veces. “Nunca digas no puedo”, me contesta una vocecita que llevo gravada en la cabeza desde hace un tiempo….
El resto del mes se me complica un poco el asunto, tengo fiestas en el pueblo, visitas de sobrinas, cenas de amigas… pero intentare cumplir. En Septiembre otro gallo cantará, me da que la jefa nos va a meter muuuucha caña, solo de pensar en las series largas que nos esperan me tiemblan las piernas. Lo que más me motiva es volver a ver a las chicas, tenemos tanto que contarnos, tanto que reírnos, conocer a las nuevas, decir un hasta luego a las futuras mamas… en resumen, disfrutar juntas corriendo, y si podemos juntarnos las de la media más de vez en cuando y entrenar en grupo mucho mejor.
Ayer vi un poco de luz al final del túnel, pero no canto victoria, me queda lo peor, lo sé, aunque intente no pensar en ello. Por lo pronto voy sumando y esto me mantiene con esperanzas.
Volveremos a hablarnos….
Escribir comentario